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Enlace | - https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000162699.locale=es | |
Autor | - Hirmas R, Carolina | |
Resumen | - El proceso de globalización económica y cultural, facilitado por la rápida evolución de las tecnologías de la información y la comunicación, ha impactado no sólo la producción de bienes y servicios y las formas de organización del trabajo, sino especialmente la convivencia social y el ejercicio de la ciudadanía. Como se expresa en el informe de Políticas de Atención a la Diversidad Cultural (UNESCO, 2005a): “La globalización se nos presenta como una oportunidad de intercambio y enriquecimiento entre naciones y personas, pero también introduce nuevas tensiones en la convivencia social. Advertimos el surgimiento de nuevas formas de intolerancia y agresión. Por un lado experimentamos la fascinante proximidad de múltiples culturas; pero por otro vemos cómo aumentan la xenofobia, el racismo y las discriminaciones, basadas en diferencias de color, sexo o rasgos étnicos. La diversidad cultural, en lugar de ser considerada como patrimonio común de la humanidad y oportunidad de crecimiento, se convierte en amenaza, y es utilizada como excusa para la intolerancia y la discriminación”. La creciente interconexión interplanetaria constituye un reto para la convivencia “intercultural” a la vez que ofrece nuevas condiciones para renovar el diálogo entre las culturas y las civilizaciones. En un continente intensamente interconectado, en el que todas las clases sociales viajan (empresarios, estudiantes, turistas, migrantes, desplazados o exiliados) los dilemas de la diversidad y la interculturalidad abarcan a casi toda la población. El crecimiento de las inversiones extranjeras en América Latina y las remesas de los migrantes (de dinero y también de bienes e información) son dos evidencias sobresalientes del incremento de las interconexiones entre las formas internas de organización social y las de otras sociedades y culturas (García Canclini, 2006). Determinante en la orientación y el foco del tema de la diversidad cultural en América Latina, es la composición indígena de esta región. En su base dos UNESCO12grandes civilizaciones conforman el continente: el de la región andina y el de la mesoamericana, cuyos herederos siguen viviendo en este territorio, siendo “inte-grados” desde hace cinco siglos, primero, mediante políticas coloniales y luego a través de la acción de los Estados nacionales y otros procesos económicos y políticos del desarrollo moderno. A partir de la década de los ochenta varios Estados latinoamericanos reconocen en sus cartas constitucionales el carácter pluricultural y multilingüe de la nación, sin embargo esto no se ha traducido aún en el pleno respeto y valoración de las culturas originarias por parte de las clases y culturas dominantes. “Algunos países temen la configuración de regiones étnicas independientes que alteren la unidad de su organización política [...] De hecho, las legislaciones son un tanto ambiguas en lo que respecta a dichas poblaciones como objetos de derechos o sujetos de derechos: una cosa es reconocerles derechos como ciudadanos y otra asumirlos como sujetos colectivos, lo que no parece compatible con las propuestas individualistas de liberalismo social y su noción uniforme de ciudadanía” (Bartolomé, 2006 en García Canclini, Op. cit.). |
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Originador | - (UNESCO) Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura | |
Distribuidor | - Biblioteca de Ciencias de la Salud | |
Idioma | - Español | |
Categoría | - Libro | |
Colección | - Recursos digitales para nivel superior (793) | |
Idioma del recurso | - Español | |
Temas | - Educación (134) - Sistema cultural - Cultura (33) - Ciencias de la educación y ambiente educacional |
Para citar este artículo, le recomendamos el siguiente formato: |
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Hirmas R, Carolina. Educación y diversidad cultural : lecciones desde la práctica innovadora en América Latina. |